Hoy no es tú cumpleaños, ni el mio. Hoy no hace 5 años que nos conocemos, ni nuestro aniversario. Hoy no es el cumpleaños de ningún ser querido, ni fue el día que compramos un perro, no.
Hoy simplemente es 23, nuestro número favorito. El día que me recuerda a ti, lo que me importas, y todos los momentos que hemos vivido. El porqué de ese número ni lo encuentres ni lo busques, porque perfectamente sabemos lo que es, pero prefiero llamarlo destino... Todo queda más bonito si le das un motivo místico, al igual que pienso que las cosas no suceden porque si, pienso que, el conocerte, el haber sido y ser tu mejor amiga no es algo al azar, estaba predestinado. Alguien de ahí arriba quería que ocurriera, y así ocurrió. Y gracias a eso, mis días son un poco menos grises, y mi sonrisa un poco más larga.
No te lo vas a creer pero mientras escribo esto, y miro a mi derecha, en la pantalla del ordenador, son las 23.23 ¿ Es una señal ? No lo sé, quizás coincidencia, quizás todo haya sido una coincidencia. Una pequeña coincidencia que ha conseguido hacernos felices, a las dos. Porque el estar juntas, el tener un nombre que nos identifique y un número que nos una, que nos marque, eso, por lo menos a mí me hace sentirme útil, me recuerda que estoy aquí por algo, que estoy aquí por alguien. 
Por lo que hoy, 23 de enero del 2012, sin razón y sin motivo, quiero felicitarte; quiero agradecerte todo lo que has echo por mi y quiero suplicarte que nunca me dejes
Te quiero mucho CULI. Te quiero mucho Belén Monforte.




- En las películas, están la protagonista y las amigas de la chica;
   tú eres la protagonista pero nose porque te empeñas en ser la amiga de la chica. 
Ella es alta, al menos más que yo, con el pelo rizado u ondulado, con el grave problema de que cuando llueve se le bufa y no le gusta, tiene los ojos grisáceos, y aunque parezca increíble, los odia. Es una chica delgada que sabe vestir de una manera espectacular. Tiene una gran capacidad de relacionarse con la gente y es la mejor persona con la que te puedes ir de fiesta si te lo quieres pasar bien. Ella es la chica perfecta que todo el mundo querría tener como amiga, sabe lo que tiene que hacer o decir en cada momento para que consigas desahogarte o rías en tu peor día, sabe el momento exacto en el que te tiene que abrazar o te tiene que dar un consejo. Sí, pensaras que estoy exagerando, pero eso es lo que siento cuando estoy con ella, esa es la seguridad que me transmite, que ya me puede pasar algo malo en esta vida que si estoy a su lado será mucho menos doloroso. Así que recuerda que si quieres conocer a  la persona perfecta solo tienes que que fijarte un poco y probar a mirarte en el espejo, a lo mejor así sabes de quien estoy hablando. Esther Blesa Martínez.

Hay momentos en la vida, en que te haces viejo de repente. Sin arrugas en la frente, pero con las mismas ganas de que te todo esto acabe. Y es e mismo momento  le lanzas a la vida, un grito desgarrador, pidiéndole que te devuelva el pasado, y todo lo que este conllevaba… Deseas que algo llegue, cualquier cosa que te haga caminar hacia el futuro con los ojos vendados y sin mirar atrás otra vez más… Y es que si no hay nadie que te vende, te quedarías observándolo hasta tu muerte, con la mayor de las desgracias, preguntándote qué hiciste mal, qué fue lo que ocurrió… Y a medida que pasa el tiempo, notas que todo tiempo pasado fue mejor. Cada año mejor que el anterior, cada mes mejor que el otro, cada día mejor, cada hora, cada minuto, segundo… Y deseas tanto el volver atrás que vas caminando pasito a pasito, por el largo camino de tus recuerdos, bajando peldaño a peldaño todos tus momentos que consideras más felices. Vas bajando y bajando, cada vez más atrás hasta que el camino se ha acabado. Llegas a tu punto de partida. Has ido retrocediendo hasta el día en que naciste. Te quedas mirando. Y ahí estas,  sufriendo, como siempre, entre lloros y lamentos, porque alguien te ha dado una palmada en culo, porque estas confusa,  y no sabes si este mundo es para ti, no sabes que vas a hacer, es todo nuevo. Y dejas de mirarte un segundo, para ver la cara de tu madre. Está preciosa… ¿Verdad? Esa cara descansada, llena de luz y brillo. Con una sonrisa infinita. Así es como le has hecho sentir,  feliz de traerte al mundo.  Sube unos pocos escalones y fíjate, ¿ves? Ahí es cuando a tu tía enferma  le diste un beso en esa carita arrugada pero preciosa igualmente, ¿viste la cara? Radiante, ¿verdad? Sigue subiendo, mira tu hermana, cantándole la canción que jamás olvidará, esa inventada por ti, que sueles cantar a menudo para recordar esas risas. ¿Ves las carcajadas? Si, ese momento en el que tocas fondo. Y en el fondo sólo estas tú. Y sólo te necesitas a ti. Porque ahí,  es cuando  te das cuenta de que no naciste para ser feliz, ni para que te hagan feliz. No, naciste para hacer feliz a otras personas, y de este modo sentirte tú en empatía con ellos. Naciste para hacer feliz a una persona. La misma que consigue la mayor de tus sonrisas cada día. Sí, esa persona tan especial. Esa persona como Belén Monforte Gómez.